La limpieza con hielo seco es ampliamente aceptada como una tecnología respetuosa con el medio ambiente que puede reemplazar el uso de productos químicos y la utilización excesiva de agua en numerosos procesos. La clave de su eficacia radica en la ausencia de humedad, lo que se traduce en un ambiente desprovisto de bacterias y moho.

El hielo seco está desempeñando un papel fundamental en la preservación de alimentos y en la protección de la seguridad alimentaria, al mismo tiempo que promueve prácticas sostenibles en la industria.